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‘Periodistas cercanos con herramientas poderosas’, con Gumersindo Lafuente

Cómo aprovechar mejor las nuevas plataformas digitales para ampliar el alcance de las buenas historias y cuáles deben ser los valores del periodismo en la era de la desinformación fueron los dos ejes rectores del taller que lideró en Barranquilla Gumersindo Lafuente, maestro de la FNPI y actual subeditor de eldiario.es.


Por Tatiana Velásquez


Durante dos días (24 y 25 de agosto de 2018), 25 periodistas del Caribe colombiano se reunieron en Barranquilla para aprender del maestro de la FNPI Gumersindo Lafuente, subdirector de eldiario.es, cómo aprovechar mejor las plataformas digitales para ampliar el alcance de las buenas historias periodísticas, especialmente, después de 20 años de la irrupción digital en la industria periodística.


Al evento, organizado por la FNPI - Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y Promigas, asistieron periodistas especializados en cubrimientos locales. Estos conocieron los distintos usos que redacciones en el mundo le dan a las herramientas digitales para construir comunidad con sus usuarios y para innovar en la presentación de sus historias, más allá de la tradicional estructura de pirámide invertida.


El taller finalizó con una invitación del maestro Lafuente a los participantes para que no pierdan de vista que la calidad debe primar sobre cualquier experimento tecnológico porque, a pesar de la explosión de herramientas digitales, los principios periodísticos siguen siendo los mismos: rigurosidad, equilibrio, seguimiento al poder y lucha contra la opacidad.


Las reglas de juego cambiaron y muchos medios aún no se enteran


Hace casi dos décadas, en el verano de 2000, Gumersindo Lafuente dictó una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid. En aquel encuentro, en el que participaban estudiantes y profesores de periodismo, el maestro presagió la desaparición de los medios impresos. “Morirán en 10 años”, dijo.  


Pese a que sentenció el final de los impresos en una época en la que no había redes sociales, teléfonos inteligentes ni el uso masivo de las plataformas digitales, ya la tecnología mandaba señales de que se desarrollaría a tal punto que terminaría cambiando por completo la industria periodística. Muy pocos medios visionaron esa transformación. “Cuando se sabía lo que iba a pasar, los que tomaban las decisiones en los medios estaban mirando para otro lado”, recordó Lafuente durante el taller en Barranquilla.

La fecha de su vaticinio pasó hace más de una década, pero aún siguen imprimiéndose en todo el mundo diarios que hoy están lejos de ser los faros periodísticos que fueron en el pasado. De hecho, Lafuente reconoció que existen, pero están muertos porque gran parte de ellos (a los que denomina convencionales por haber nacido antes de internet) siguen anclados en el pasado, sintiendo nostalgia por el oligopolio de información perdido.

“Solo los que tenían capacidad financiera o licencias para transmitir información tenían cupo para hacer parte de ese club de privilegiados. La red llegó a romper ese oligopolio. La torta publicitaria, de la que antes los medios recibían el 100%, cambió. Hoy es otra con la consolidación de Google y Facebook”.


Del tradicional embudo (radio, TV y prensa), los anunciantes pasaron a un abanico más amplio de opciones para ofertar sus productos y servicios. En España, por ejemplo, un sitio web creado por cuatro españoles (Idealista.com) se convirtió en el rey de los anuncios inmobiliarios hasta terminar desplazando a los medios tradicionales. Ese portal es hoy la referencia obligada de quienes quieran vender o alquilar inmuebles allí. Tanto creció que ya tiene presencia en Italia y Portugal.


Por tratarse de una era en la que predomina la incertidumbre sobre la certidumbre, Lafuente considera que la industria periodística atraviesa por un período de disrupción y no de evolución digital. Y, ante tantos embates tecnológicos, el único salvavidas que tiene la industria para preservar su protagonismo en la sociedad es el buen periodismo, especialmente, en una época en la que la audiencia suele ponerle a cualquier contenido digital que consuma la etiqueta de periodismo.

“El periodismo ―dijo― se tiene que reivindicar con su trabajo, más cuando la gente dice que las redes sociales son su medio para enterarse de todo y muchos creen que no necesitan ya de los medios”.


Buen periodismo ante la incertidumbre

“Durante años, los que trabajábamos en internet tuvimos que aguantar la idea de que periodismo de calidad era solamente sinónimo de impresos. Vamos a la hemeroteca y encontramos que hay diarios que no eran buenos”.

Con estas palabras, el maestro Lafuente comenzó su análisis sobre la calidad periodística en tiempos de internet. En una rápida revisión de casos de mal periodismo, recordó el icónico bulo de la reportera de The Washington Post Janet Cooke.

En 1982 Cooke fabricó la historia de un niño de ocho años adicto a la heroína, que la hizo merecedora del galardón más prestigioso del gremio periodístico: el Pulitzer. Después de horas de escrutinio con sus editores, la periodista reconoció su invención y The Washington Post tuvo que devolver el premio. Con ese episodio se comenzaba a escribir uno de los casos más demoledores en contra de la credibilidad periodística.

Otro ejemplo de mal periodismo que analizaron los participantes del taller fue la desafortunada rectificación que, inicialmente, hizo el diario El País en diciembre de 2017 por una noticia en la que aseguraba que un empresario ibérico tenía 250 millones de euros, repartidos en 150 cuentas en paraísos fiscales.

Aunque un juez le ordenó al medio la rectificación con determinadas características, incluida una mención en primera página con la misma relevancia a la de la publicación original, siendo director Antonio Caño, El País publicó la rectificación como una pequeña nota breve en portada. Solo después de una segunda orden judicial, y bajo la dirección de Soledad Gallego-Díaz, el periódico hizo la rectificación tal como lo ordenó la sentencia judicial.

“La decencia se demuestra también cuando te equivocas y la decencia del buen periodista se demuestra sabiendo rectificar a tiempo y en forma. Si lo sabe hacer, gana credibilidad”, indicó Lafuente.

Para evitar la publicación de historias plagadas de errores o imprecisiones, Lafuente recordó que las herramientas con las que se hace buen periodismo siguen siendo las mismas:

  • Rigor

  • Credibilidad

  • Control de los poderes

  • Explicación de la realidad

  • Empatía / Comunidad / Pertinencia

Esas herramientas son necesarias en tiempos en que la tendencia en la industria periodística apunta a la audiencia como el principal patrocinador de los contenidos periodísticos digitales, a través de suscripciones o afiliaciones.  “La gente no va a pagar por contenido basura. La gente no entra a ver basura, entra a ver contenido de calidad. La basura le llega por redes o por otros medios”, recordó Lafuente.

Por eso es necesario que los periodistas dediquen parte de su tiempo diario a preguntarse cómo enfocarán la realidad para diferenciarse del resto de ofertas noticiosas, cómo seleccionarán los hechos que harán parte de su agenda, por qué filtro pasarán esas historias narradas y cómo contextualizarán mejor cada historia.


La apuesta por un periodismo local de calidad

Cómo mejorar la calidad del periodismo local fue uno de los principales interrogantes que guió la discusión durante los dos días del taller. Particularmente, por esa necesidad latente en Iberoamérica de apostarle a unas agendas noticiosas de mayor factura, que le permitan a su prensa regional saldar las deudas pendientes con sus audiencias.


“La prensa local, no toda, ha estado demasiado cercana al poder y demasiado alejada de los intereses de los ciudadanos”, lamentó Lafuente.


Y para que eso cambie, el periodista debería salir más a la calle (a caminar, a montar en bici, a hablar con la gente, a visitar el mercado) y dejar de enfocarse en solo cubrir el poder desde una perspectiva oficialista.


Para inspirar a los participantes del taller a realizar cubrimientos de mayor impacto y con enfoque ciudadano, Lafuente mostró varios estudios de caso.


El primer estudio de caso compartido por el maestro fue parte de la metodología de trabajo del periodista Javier Barrera, quien trabaja en un medio impreso de la ciudad andaluza de Granada, en el sur de España, y paralelamente hace periodismo digital: usa las redes sociales para promocionar lo que hace en el papel y desde el papel potencializa lo que hace en las redes.


Desde la ciudad de San Sebastián (País Vasco), Barrera les recordó a los periodistas regionales, vía video, que:

  • Los medios en los que trabajan pueden ser pequeños, pero las historias grandes.

  • No debería moverse ni una piedra en el área de trabajo de un periodista local sin que ese periodista lo sepa.

  • La audiencia se volvió global y el enfoque infinito.

  • Usar todas las herramientas periodísticas siempre ayudará a amplificar más el alcance de las historias, a vender más periódicos y a fidelizar más a la audiencia.

  • Facebook y Twitter son plataformas infaltables en toda estrategia de promoción de contenido.



Lafuente complementó las recomendaciones para lograr mejores historias desde el periodismo local:

  • Publica con rapidez y pertinencia: “Los periodistas debemos ser rápidos y debemos publicar según demande la agenda noticiosa”.

  • Aprende a conocer a tu audiencia: “El periodista debe saber cuál es el interés del lector: qué necesitará para entender mejor los procesos noticiosos”.

  • Escribe muy bien: Si la apuesta es por periodismo de largo aliento, el esfuerzo narrativo deberá ser mayor. “Cuando haces historias largas tienen que estar bien escritas. Si al lector le es complicado enterarse, no funcionará ese contenido. De nada sirve que lo interesante comience en el cuarto párrafo”.

  • Apuéstale a historias de 500 palabras: “Internet sirve para cualquier tipo de historias, pero está comprobado que funcionan más las historias que tienen chispa, que tienen menos de 500 palabras. También funcionan las que son largas, pero si están bien contadas y ofrecen valor agregado”.

  • Usa bien los enlaces: “Si empiezas a enlazar cosas sin son ni ton, estarás usando mal los enlaces. No puede ser que cada vez que cites a una institución enlaces al sitio web de la institución. Los enlaces sirven para darle mejor documentación al lector. Para mí es casi la obligación de poner a disposición de la gente ese material que hemos conseguido en nuestro trabajo de documentación periodística”.

  • Titula con garra: “El titular, que toda la vida ha sido importante, hoy es igual o más importante. Ahora la gente tiene un terreno de juego inmenso para elegir qué leer. Pones mucho entusiasmo en producir una historia y cuando llega el momento de poner un título pones cualquier cosa. La historia puede estar muy bien escrita, pero si no está bien titulada no completas bien el paquete”.

  • Apuéstale a la agenda propia: “Hay que balancear una agenda de temas propios con los temas que nos imponen las instituciones oficiales. Si los medios quieren ser útiles y relevantes deben manejar una agenda propia, porque de lo contrario todos se verían iguales”.


Para lograr ese equilibrio entre los temas propios y los impuestos por las instituciones, Lafuente les recomendó a los periodistas estar lo suficientemente lejos del poder para que no los manejen ni los controlen, porque el trabajo de esas instituciones, a través de sus equipo de prensa, será “tener el máximo control sobre el periodista”. Esos gabinetes suelen aprovechar las debilidades de la industria de los medios y las nuevas herramientas tecnológicas para bombardear a la sociedad con sus mensajes.


Esa tensión, entre el periodismo y las oficinas de prensa, Lafuente la calificó como una guerra en la que hay dos trincheras: los periodistas y los que trabajan en los gabinetes de prensa al servicio de poderes políticos o económicos. Estos últimos sobrepasan cada vez más en número a los periodistas.


“Los que trabajan en la trinchera de los gabinetes de comunicación son nuestros enemigos porque a ellos les pagan y, normalmente, mejor que a nosotros por colocar su historia. Sus historias son tan atractivas que acabamos haciéndolas noticia. A veces al periodista local le es difícil conseguir una noticia diaria y si uno de estos poderes se la facilita pues te soluciona el día”.


15 formatos para ir más allá de la pirámide invertida

Partiendo de un listado de las periodistas españolas Delia Rodríguez y María Sánchez, Lafuente les recomendó a los periodistas colombianos nuevas narrativas digitales para que piensen más allá del artículo de texto en pirámide invertida y le apuesten a formatos más atractivos y virales:

  • Mitos vs. realidades / verdad vs. mentira: este tipo de historias enfrentan los bulos con los hechos verídicos para que al usuario le quede claro qué es falso y qué es verdadero. Es un ejercicio de verificación de contenido, muy útil en tiempos de desinformación.

  • Ganadores y perdedores: estas historias enlistan y explican quiénes resultan favorecidos y quiénes no tanto con determinados procesos, como los resultados electorales.

  • Lo que sabemos y lo que no sabemos: estas historias suelen ser útiles para cubrimientos de última hora como emergencias naturales, atentados o accidentes de gran magnitud.

  • Preguntas y respuestas sobre un proceso: este formato facilita darle respuesta a los interrogantes más comunes que los usuarios puedan tener sobre algún fenómeno reciente, como la epidemia del zika o un proceso político en plena ebullición (golpe de estado, protestas ciudadanas).

  • Blog en vivo de un última hora: este formato, especialmente usado por los medios estadounidenses e ingleses, sirve para contarle en tiempo real a la audiencia los detalles de un suceso en desarrollo.

  • Primera persona gonzo:  formato propio del periodismo de inmersión usado por los periodistas para narrar hechos de los que han sido testigos excepcionales.

  • Gráficos para entender procesos: con este formato el periodista detalla, a través de infográficos, un fenómeno o un proceso.

  • Comparaciones gráficas pocos convencionales partiendo de mapas: con este formato, el periodista busca comparar extensiones territoriales. Sobre un croquis de México, por ejemplo, es posible dibujar varios países de Europa para dimensionar la gran extensión de la nación latinoamericana.

  • Las búsquedas del momento: historias que cuentan cuáles son los temas más buscados, recientemente, por los usuarios en Google. Un aliado de este formato es la herramienta Google Trends.

  • Árboles genealógicos para establecer relaciones.

  • Antes y después fotográfico: este formato es ideal para mostrar gráficamente la transformación de un territorio tras décadas de expansión urbana o después de un desastre natural como un terremoto o un huracán. Una herramienta aliada para esta composición es Juxtapose del Knight Lab.

  • Oído en…: Formato para contar qué dice la gente en la calle.

  • Imágenes interactivas: este formato permite contar una historia a través de una imagen. Dando clic en determinados puntos en la imagen, el lector podrá obtener ventanas emergentes de información.

  • Imágenes de archivo: revisar la hemeroteca es una buena práctica, especialmente porque a la audiencia le gusta ver fotografías de antaño, más si están en blanco y negro.

  • Historias narradas con la metodología de periodismo de datos: estas piezas, producto de una gestión y análisis de una cantidad de datos grande, son cada vez más populares. Sin embargo, Lafuente recomienda poner los datos en contexto porque esos datos por sí solos no dicen nada. “Los datos sin enfoque, por sí mismos, no tienen valor. Tenemos que conseguir un enfoque. De unos datos bien trabajados sale una historia poderosa y si están bien trabajados y bien enfocados a la gente le interesa mucho”.

Para saber qué formato resultaría más interesante a la hora de contar una historia, Lafuente recomienda tener en cuenta:

  • Al usuario: “Te tienes que poner en los zapatos de quien va a buscar la información. Los medios damos por hecho que la gente entiende todo lo que hablamos y no siempre la gente tiene toda la información”.

  • Un mínimo común denominador de tecnología: “Nosotros no podemos invertir demasiado dinero en algo que sabemos que el común de los lectores no entenderá. Hubo un tiempo en que hubo mucha inversión en la tecnología Flash y resulta que Flash no se veía bien en los móviles”.

  • Contenidos incluyentes y no excluyentes: “Hay que desarrollar aplicaciones que se vean en todas las plataformas y que no demanden muchos datos de los planes de los usuarios. No hacemos contenidos exclusivos para las élites”.


Telegram o una nueva manera de hacer comunidad

Ante tanto ruido informativo con la popularización de las herramientas digitales y el acceso a internet, el periodismo necesita esforzarse más por filtrar mejor las historias que les presentará a sus usuarios.  

“La gente empieza a valorar mucho que se le hable al oído, casi que directamente de tú a tú, y en ese sentido un canal como Telegram es valioso”, explicó Lafuente.

Telegram es una plataforma de chat que aún no se populariza y que apenas es conocida en países como Colombia y España, en los que reina el sistema de mensajería WhatsApp.  Sin embargo, Telegram brinda la posibilidad de distribuir contenido a audiencias masivas a través de canales de suscripción y por cada nueva publicación los usuarios reciben una notificación.

Lafuente contó que en España el medio en el que trabaja, eldiario.es, ha sido pionero en el uso de esta plataforma para fortalecer la relación con sus lectores. En Telegram, eldiario.es tiene un canal de distribución con 22 mil suscriptores y sus contenidos registran hasta un 50% de alcance. Es decir, el medio ha logrado que por cada dos suscriptores uno dé clic en los enlaces y lea las historias en el sitio web de eldiario.es.

A través de texto, íconos, fotografías, videos cortos y notas de voz, eldiario.es les ofrece a sus lectores una oferta de noticias relevantes diarias. Esa oferta la distribuyen en máximo cuatro publicaciones diarias, que se caracterizan por una composición narrativa similar:  además de titulares y enlaces, los mensajes suelen ir acompañados de un saludo coloquial y de emoticones.

Las ventajas de usar Telegram como canal de distribución de contenido son muchas:

  • Lo puede emplear un medio grande o un periodista por cuenta propia. Un periodista cuyo nombre sea una marca puede tener su propio canal y gestionar un gran número de suscriptores.

  • La mecánica de funcionamiento de la plataforma facilita en el suscriptor la sensación de que el mensaje le llega personalizado y no a una masa.

  • La información es inmediata y personal.

  • Hay más interacción.

  • La plataforma es efectiva para enviar alertas de última hora o resúmenes de actualidad.

Algunos consejos de Lafuente para sacarle mayor partido a Telegram:

  • Aprovecha un acontecimiento especial para su lanzamiento: busca  un evento que pueda servir de palanca para lanzar el canal. Eso de golpe puede dar una suficiente masa de seguidores para no ir comenzando de uno en uno”.

  • Introduce variedad en la narración de los mensajes: no redactes siempre usando texto. Puedes informar con audio, fotografías o emoticones”.

  • Trata de que el canal aporte valor añadido: no solo distribuyas titulares. Apuéstale a  contenidos que inviten a la lectura. Evita el clickbait (titulares engañosos para incitar al clic)”.

  • Evita los textos excesivamente largos. Debemos recordar que la gente se conecta a estos canales porque les hemos enviado un mensaje. El usuario puede estar ocupado y no está para textos de muchos párrafos por estos canales”.

  • No envíes demasiados mensajes. Este canal no admite mucho contenido. Tienes que ir acomodándote al ritmo informativo de cada día y de cómo sea tu comunidad. Analiza si los suscriptores suben o bajan. Esa es una señal de qué tanto estás fastidiando o no a los lectores con tu flujo de contenidos”.

  • Establece una frecuencia de envío de mensajes: un resumen informativo para comenzar el día, luego uno o dos mensajes durante el día y otro más en la noche a modo de resumen y despedida”.

  • Una pauta para el envío de mensajes a los usuarios puede ser la comodidad o incomodidad que como periodistas sentimos al recibir mensajes.  Debemos tener presente que las horas en las que no queremos recibir mensajes se convierten en el parámetro para saber si debemos enviarles o no mensajes a nuestros lectores. Salvo que sea algo que cambie la vida por completo, los mensajes se mandan en horarios no habituales. De resto, en horarios de trabajo”.

  • Intenta ser cercano, no una máquina: hay medios que usan el mismo mensaje para todas las plataformas. Cada plataforma tiene sus códigos y lógicas. Hay que crear un lenguaje, una manera de interpelar al que va a leer, que los contenidos no parezcan un ‘copia y pega’ de otras plataformas porque el que lo recibe se da cuenta de inmediato”.

  • Promociona el canal en los diferentes soportes y redes. Puedes poner un enlace en tu sitio web para que cuando el usuario lo pinche (navegando desde su teléfono móvil) termine en tu canal de Telegram, directamente en la aplicación”.

Herramientas para crear comunidad


La estrategia que usa un medio para generar mayor tráfico acaba definiendo el carácter de ese medio. Por eso, esa estrategia no debe tomarse a la ligera y debe tener detrás un riguroso proceso de planeación.

Los participantes conocieron parte de las dinámicas y herramientas que usa eldiario.es de viva voz de Moha Gerehou, coordinador de redes de ese medio. A través de video y desde Madrid, Gerehou recomendó algunas herramientas y rutinas de su equipo para garantizar mayor alcance en la divulgación de los contenidos:


La organización en una hoja de cálculo, la clave 

El equipo de redes sociales de eldiario.es registra sus rutinas de publicación en hojas de cálculo de Google SpreadSheet. En ese documento, al que acceden las personas involucradas en la publicación de los contenidos, consignan la fecha y hora exacta de cada publicación, el mensaje publicado, la red social usada y las observaciones a las que haya lugar. Esa información la cruzan con los datos de tráfico web para encontrar las debilidades y fortalezas en el uso de cada red social. Así, de ese cruce de datos el equipo determina qué funciona y qué no tanto en Facebook, Twitter, Instagram y Telegram.


Cada red es un mundo

Los criterios de publicación en cada red dependerán de la dinámica misma de cómo los usuarios usen esos espacios. Entre más rápido los periodistas entiendan eso mejor les irá en la promoción de sus contenidos. Los criterios de publicación varían así:

  • Twitter:  En esta red priman los temas de coyuntura, que exigen la publicación de contenidos antes, durante y después de los hechos. En Twitter el lenguaje es más institucional, el ritmo de publicación alto y los contenidos, multimediales: además del texto, deben usarse el video, la fotografía o el gif para acompañar los titulares o desarrollos noticiosos en 280 caracteres.


    Entre las herramientas recomendadas para la publicación y programación de los trinos, están TwitterStudio y TweetDeck, este último es muy útil para la programación del contenido que se publica durante la noche.

  • Facebook: en esta red los contenidos deben ser más específicos y la frecuencia de publicación es menor en comparación con la de Twitter.  Una de las posibilidades valiosas que le brinda al periodismo es la tecnología de transmisión en vivo, que medios como The Guardian han sabido aprovechar. Ese medio, por ejemplo, usa los ‘lives’ para poner a periodistas expertos a explicarle a la audiencia las noticias de última hora.

  • Instagram: los contenidos de esta plataforma son más visuales y deben pensarse en coordinación con los departamentos de fotografía y diseño. Instagram permite la distribución de videos de un minuto en su línea de tiempo y de 15 segundos en sus Stories (las InstaStories). Un medio que puede servir de inspiración, por la creatividad con la que usa las Stories, es el Financial Times (con casi un millón de seguidores).



Periodistas capacitados en la línea de fuego

Lafuente recomendó que quienes manejen los perfiles de los medios en las redes sociales sean periodistas con experiencia y no periodistas inexpertos a los que les cuesta escribir correctamente o enfocar las historias. Estas plataformas, recordó, son la carta de presentación del medio y los errores allí salen costosos. Especialmente, porque siempre habrá cazadores de gazapos haciendo capturas de pantalla.


No todo está inventado y siempre hay espacio para emprender

En esa búsqueda constante de nuevos formatos y enfoques noticiosos, Lafuente les aconsejó a los participantes del taller, varios de ellos emprendedores, buscar un nicho (geográfico o temático) y apostarle a la construcción de una identidad sólida (ese sello que los diferenciará dentro de la variada oferta informativa).

“Siempre estamos pensando que todo está inventado y al mismo tiempo nos damos cuenta que hay gente que desmiente esa afirmación porque todo el tiempo hay gente sacando cosas nuevas”.

A esos periodistas emprendedores les recomendó:

  • Apostarle a crear una relación emocional con los lectores.

  • Buscar sistemas novedosos de financiación porque los sistemas tradicionales (publicidad), que por décadas funcionaron, ya no tienen pinta de volver a funcionar.

  • Limitar las expectativas.

  • Evitar empeñarse en algo inviable.

  • Establecer una frecuencia de publicación: “Si eres capaz de lanzar una gran historia una vez a la semana, eso para empezar está bien. La cantidad de contenidos a publicar, en parte, dependerá de la cantidad de material que está dispuesto a asimilar tu audiencia. Si la audiencia que tienes no tiene suficiente tiempo para asimilar lo que produces, producir por producir no es buen negocio”.

  • Causar sorpresa. “Sé capaz de sorprender a tus lectores con las historias que publicas”.



Siete reflexiones finales del maestro

  • “Prefiero ser el último en dar un muerto. No me interesa en ser el primero en decir que se ha muerto Rafael o Julio Iglesias. Me hace falta contarlo mejor”.

  • “Si tienes dudas no puedes publicar todavía”.

  • “Hay medios que tienen dos caras en su afán por obtener más tráfico. Son una cosa en sus impresos y otra distinta en sus sitios web”.

  • “Hay unas señales de alerta que los medios convencionales no han querido ver. Siguen apostándole a las fórmulas tradicionales”.

  • “Es mejor no decir nada que decir tonterías”.

  • “El periodista no se debe fiar de nadie ni de nada. Todo hay que comprobarlo”.

  • “En la primera línea de fuego de los medios tiene que haber gente con el suficiente contexto para poder darle un valor añadido a la última hora”.

 

Sobre Gumersindo Lafuente

Periodista español, subdirector de eldiario.es. Es impulsor de la Fundación PorCausa para la investigación social y el periodismo de datos. Ha sido responsable del cambio digital del diario El País de España. Fue fundador y director de soitu.es y director de elmundo.es.

En 2002 fue premiado por el Club Internacional de Prensa y en 2008 recibió el premio José Manuel Porquet, el más prestigioso que se concede en España en el área de nuevo periodismo.


Publicado en Funadción Gabo.

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